El partido político de centroderecha en Groenlandia logró una inesperada victoria en las elecciones generales. Esta votación se caracterizó por el debate sobre la independencia del territorio y las recientes afirmaciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, respecto a su interés en comprar la región.
El partido de centroderecha de Groenlandia obtuvo una sorpresiva victoria en las elecciones generales, en una votación marcada por el debate sobre la independencia y las recientes declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre su intención de adquirir el territorio.
Groenlandia, que es la isla más extensa del planeta, está situada entre los océanos Ártico y Atlántico. Aunque goza de autonomía en temas internos, ha estado bajo administración danesa durante unos 300 años. El 80% de su superficie está cubierta por hielo, lo que ha restringido su desarrollo económico. Sin embargo, sus recursos naturales han captado la atención de diversas potencias extranjeras.
El sistema gubernamental de Groenlandia posibilita que la isla gestione sus propios asuntos domésticos, mientras que Dinamarca retiene el control sobre la política exterior y de defensa. En estas elecciones, cinco de los seis principales partidos estaban a favor de la independencia, aunque tenían distintas opiniones sobre la rapidez con la que debería lograrse.
El partido Demokraatit, que experimentó un notable incremento de apoyo en comparación con las elecciones pasadas, adopta una postura moderada dentro del movimiento independentista. En segundo lugar quedó Naleraq, un partido que propone una separación inmediata de Dinamarca y busca un acercamiento con Estados Unidos, logrando casi una cuarta parte de los votos.
Los partidos que estaban en el poder, Inuit Ataqatigiit (IA) y Siumut, fueron desplazados a la tercera y cuarta posición, lo que significó una derrota inesperada para el primer ministro Mute B Egede.
Aproximadamente 44.000 ciudadanos groenlandeses, de una población total de 57.000 personas, estaban habilitados para participar en estas elecciones, en las que se seleccionaron 31 parlamentarios, además de otros funcionarios locales. La votación se realizó en 72 centros repartidos por toda la isla.
El valor estratégico de Groenlandia ha atraído el interés del presidente de Estados Unidos, quien previamente sugirió la adquisición de la isla en 2019. Desde su retorno a la Casa Blanca en enero, ha reafirmado su deseo de comprar el territorio, subrayando su relevancia para la seguridad nacional de Estados Unidos. «Requerimos a Groenlandia para nuestra seguridad nacional. La conseguiremos de una forma u otra», declaró en un reciente discurso ante el Congreso. En manifestaciones anteriores, no descartó el uso de la fuerza para dicho fin.
El primer ministro saliente, Mute B Egede, ha rechazado de manera tajante cualquier propuesta de vender el territorio, demandando que la isla sea tratada con dignidad. Asimismo, el gobierno de Dinamarca ha reaccionado con rotundidad, oponiéndose a cualquier intento de injerencia en la soberanía de Groenlandia.
El primer ministro saliente, Mute B Egede, ha rechazado categóricamente cualquier posibilidad de venta del territorio, exigiendo que la isla sea tratada con respeto. Por su parte, el gobierno de Dinamarca también ha respondido con firmeza, oponiéndose a cualquier intento de interferencia en la soberanía de Groenlandia.
El resultado de estas elecciones refleja el creciente deseo de autodeterminación entre la población groenlandesa, así como la compleja dinámica geopolítica en la que se encuentra la isla debido a su ubicación estratégica y sus recursos naturales aún sin explotar. Con la formación de una nueva coalición de gobierno en curso, el futuro de Groenlandia sigue siendo un tema de interés tanto a nivel local como internacional.