El impacto emocional de las citas digitales: ventajas y riesgos de la conexión instantánea

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Durante los últimos diez años, las aplicaciones de citas han cambiado profundamente la manera en que las personas interactúan, forman lazos emocionales y manejan sus relaciones amorosas. Lo que inicialmente surgió como una innovación tecnológica para aumentar las oportunidades de conocer gente, ahora provoca discusiones sobre sus efectos emocionales. Plataformas como Tinder, Bumble o Grindr, que facilitan interacciones instantáneas con multitud de perfiles, también han generado comportamientos que, en lugar de promover relaciones saludables, podrían dañar la autoestima y el bienestar emocional de los usuarios.

Impacto de las interacciones digitales en el bienestar emocional

La irrupción de estas aplicaciones ha traído consigo una serie de prácticas relacionales marcadas por la falta de compromiso y la desconexión emocional. Términos como ghosting, breadcrumbing o zombieing se han incorporado al vocabulario cotidiano para describir actitudes evasivas, ambivalentes o inconsistentes que surgen con frecuencia en este tipo de interacciones.

El ghosting, por mencionar un ejemplo, es cuando una persona deja de comunicarse de manera abrupta sin brindar razones, lo cual generalmente provoca en quien lo experimenta sentimientos de desconcierto, rechazo y ansiedad. En contraste, el breadcrumbing se refiere al comportamiento donde alguien da indicios ocasionales de interés para captar la atención de otra persona, sin tener una intención genuina de avanzar en la relación. Aunque estas prácticas no son exclusivas del ámbito digital, su prevalencia y aceptación han aumentado en las plataformas de citas.

Consecuencias en la construcción de vínculos

En gran medida, estos comportamientos impactan directamente en la habilidad para crear conexiones genuinas y prolongadas. La interacción superficial, así como mentir —por ejemplo, alterar la edad, el estado civil o los gustos personales— y la continua esperanza de encontrar una opción superior, erosionan la confianza entre los usuarios y provocan un ciclo de decepción que puede resultar en un desgaste emocional.

La reiterada utilización de las aplicaciones se convierte para muchos en una experiencia desalentadora, donde las expectativas originales se enfrentan a la realidad de unas comunicaciones esporádicas y conexiones sin continuidad. Esta circunstancia fomenta un sentimiento constante de soledad, incluso cuando se tienen numerosos contactos virtuales.

La función de las aplicaciones en la interacción relacional

El modelo algorítmico de las plataformas afecta considerablemente la calidad de las interacciones. La dinámica de «matches», fundamentada en la apariencia y en decisiones instantáneas, transforma la experiencia en un tipo de consumo emocional, en el cual las personas pasan de un perfil a otro sin profundizar. Esta abundancia de opciones contribuye a la sensación de constante reemplazo y restringe el fortalecimiento de relaciones profundas.

Además, la presión por mostrarse atractivo o deseable puede llevar a la construcción de identidades poco realistas, lo que dificulta aún más la consolidación de relaciones genuinas. El uso de asistentes virtuales y plantillas para iniciar conversaciones refuerza esta falta de espontaneidad, haciendo que el contacto humano se vea cada vez más mediado por fórmulas preestablecidas.

Impacto psicológico en los usuarios

Varios especialistas en salud mental han señalado el desgaste emocional que sufren numerosos usuarios después de estar expuestos por un tiempo prolongado a estas situaciones. Las constantes pequeñas decepciones, la falta de transparencia en las intenciones ajenas y la barrera para formar vínculos genuinos pueden influir en la aparición de ansiedad, signos de depresión y la percepción de una carencia de valor emocional.

Las personas que experimentan breadcrumbing frecuentemente desarrollan inseguridad respecto a su capacidad para mantener relaciones, lo que afecta su bienestar general. La falta de explicaciones propias del ghosting, en tanto, genera incertidumbre, dolor emocional y una especie de duelo no resuelto que deja una marca persistente.

El desgaste emocional y la fatiga afectiva

Con el transcurso del tiempo, diversos usuarios empiezan a experimentar un cansancio emocional significativo que surge de sus vivencias en estas plataformas. Este fenómeno, conocido como una forma de burnout relacional, se distingue por tres dimensiones claves: el escepticismo hacia los demás, la despersonalización en las interacciones y la sensación de fracaso personal.

Al afrontar repetidamente vínculos que no avanzan o actitudes de evasión, se genera en las personas una perspectiva desconfiada sobre el amor y los propósitos de los demás. Esta forma de pensar puede ir más allá del entorno digital, influenciando cómo interactúan en su día a día.

Resiliencia de las plataformas a pesar del deterioro

Aunque han enfrentado críticas, una disminución en usuarios que pagan y un claro desgaste emocional, las aplicaciones de citas siguen siendo un elemento central en la vida de millones. Se utilizan principalmente por motivos estructurales, como la escasez de tiempo libre y los retos de conocer a nuevas personas fuera del ámbito digital. Para muchos, ofrecen una opción práctica, aunque no ideal, para buscar la oportunidad de formar conexiones emocionales.

En este entorno, las aplicaciones de citas representan una herramienta de dos caras: permiten conocer a gente nueva, pero también pueden poner a los usuarios en situaciones de interacción que, a veces, resultan perjudiciales emocionalmente. Entender este balance es crucial para establecer una relación más consciente con estas plataformas y salvaguardar el bienestar emocional en una época de conexiones pasajeras.

Las plataformas de citas se han establecido de manera permanente, sin embargo, su impacto en la vida emocional de quienes las utilizan requiere un análisis atento y detallado. Ante la oferta de una conexión rápida, surge la necesidad de sinceridad, empatía y un compromiso emocional responsable. Solo de esta manera podemos crear una manera más saludable y humana de relacionarnos en el mundo digital.

Por: Martha Patricia

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